Los productos bio o ecológicos son alimentos destinados al consumo humano producidos sin productos químicos ni aditivos, contribuyendo a una alimentación más sana, natural y nutritiva, que además tiene la virtud de preservar el sabor auténtico de los alimentos. Además, su producción resulta ser respetuosa con el medio ambiente natural, respetando la biodiversidad y sin deshechos contaminantes.
Además, estos productos bio suponen una serie de beneficios físicos y psicológicos a las personas que los consumen, lo que los hace altamente recomendables. En cuanto al cuidado material del organismo se pueden enumerar una serie de ventajas:
Son más saludables, aportando mayor concentración de nutrientes y vitaminas. Al estar libres de residuos tóxicos utilizados en la agricultura convencional en la lucha contra plagas, no plantean ningun tipo de reserva para nuestro organismo. Además, son más sabrosos, porque las plantas crecen y se desarrollan de acuerdo a las condiciones naturales, ni se fuerza la productividad, ni se cosechan fuera de su maduración natural en el árbol, conservándose luego mucho mejor que los productos convencionales.
No contienen aditivos sintéticos que pueden provocar problemas de salud, habiéndose identificado insuficiencias cardíacas y osteoporosis por el uso de algunos de ellos.
No tienen restos de pesticidas o sustancias químicas, como ocurre a veces con la agricultura convencional. Existen estudios toxicológicos que encuentran relación entre estos compuestos y patologías como el cáncer, alergias o asma.
No utilizan organismos genéticamente modificados, los controvertidos transgénicos. No existen estudios científicos que aseguren su inocuidad para el ser humano, mientras que sí que hay indicios de su influencia en el metabolismo.
No presentan trazas de antibióticos o medicamentos. La normativa comunitaria ha prohibido el uso de antibióticos en la ganadería ecológica, por su incidencia en la salud de los consumidores.
La protección de la naturaleza y el medio ambiente es una tendencia que preocupa cada día más a la ciudadanía, existiendo una mayor concienciación de los problemas que se han generado estos últimos años. El consumo de productos bio incide muy favorablemente en ese aspecto, proporcionando al consumidor la garantía de estar contribuyendo a la mejora del medio ambiente natural de distintas formas:
La producción bío es respetuosa con la naturaleza, evitando la contaminación de tierra, agua y aire. Produce menos dióxido de carbono, previene el temido efecto invernadero y no genera residuos contaminantes, al tiempo que contribuye al ahorro energético.
La ganadería ecológica resulta respetuosa con el bienestar animal, mejorando las condiciones de habitabilidad de las granjas y las condiciones de vida de los animales. Además, su alimentación está basada en el consumo de pastos de carácter natural.
La agricultura ecológica contribuye de forma equilibrada a la preservación del ecosistema de la zona y favorece un desarrollo rural de carácter sostenible.